Blog de notas "La escribidora"
Un brainstorming pero a lo apatico.


domingo, febrero 24, 2008  

Si ya no, yo no se ya


Como nadie ha votado por Michael Caine, voy a publicar el último post de grandes hombres de cine de mi vida. Pretendía ser más larga, pero no tengo mucho tiempo.

Estoy en una encrucijada.

Si, si.

Si rindo bien este año en mi carrera, me voy a estudiar fuera –el “fuera” no está del todo definido. Me vale cualquier “fuera”. Si no rindo bien, me sigo quedando aquí.

El quedarse aquí significa varias cosas.

La primera es que me siento así:

http://www.nuestrocine.com/grancartel/carteles/Calle_mayor_1.JPG

No hace falta decir más.

Voy a hablar de Jack. Mira que ya os vale, olvidaros de Jack, que era el único post que tenía escrito desde un principio. Si os lo había dejado en bandeja de plata –jijiji-.

Jack Lemmon.

Jack Lemmon es el típico cuñado perdedor, hipocondríaco, moral, cobarde, voluble y neurótico. Le tomas cariño como a un perrito abandonado. Lo adoptas como hacen las hermanas Periquito. No se puede evitar. Quien no ame a todos los personajes de Jack Lemmon no sabe amar de verdad, porque amar a cualquier personaje de Jack Lemmon es amar la personificación del hombre bueno y amable, que te saca de quicio si, que lo enviarías a la mierda, también. Pero ¿y lo culpable que te sentirías luego? Tendrías que volver y acunarle, al pobre, porque lo has dejado allí, sufriendo, agarrado a una raqueta con espaguetis pegados, o mirando una pared con espaguetis -perdon, linguinis- pegados, o…

Personaje favorito: Profesor Fate

Es curioso entonces que mi personaje favorito de Jack Lemmon sea el del malvado, traidor y tramposo profesor Fate, de La carrera del siglo –MENTIRA, mi personaje favorito es el de Daphne en “Con faldas y a lo loco”, y luego toda su colección de neuróticos, pero voy a ser original y hablar de su personaje malvado, que seguro que nadie le ha hecho un homenaje, y aquí estoy yo, para innovar.

ADEMÁS, ésta también es la primer parte de “universos en los que me gustaría vivir”, así “propagandizo”.

Vivir en el universo de la película “La carrera del siglo” sería como vivir en un mundo ideal de fantasía. No solamente es un mundo en el cual las leyes de la física no coinciden con las de la realidad, es que ¡eres inmortal! Puedes caerte del cielo después de ser propulsado, o puedes explotar después de ser alcanzado por un cohete sonriente… Siempre sobrevives. Siempre hay puntos estratégicos del mapa llenos de estiércol o bolas de paja sobre las que caerte. O no, quizás te caes “a pelo”, pero aún así, sobrevives. Hay un deus ex machina en cada ácaro que circula por el aire de la peli.

Me aficioné a esta película después de ver “Those magnificent man in their flying machines”. Son ligeramente diferentes, pero en las dos películas hay un hecho muy envidiable:

Es un hecho genial, mundos donde te desplazas con cacharros de cartón, te despeñas pero sobrevives sin sufrir ni un rasguño. Eres de goma, yupi.

Y bueno, luego es el mundo ideal porque está el profesor Fate. Es increíble como va cambiando tu concepción de los personajes conforme vas creciendo. Cuando yo era pequeña odiaba al profesor Fate, era como pesado ¿no? Es más, quería que muriera –inocente de mí, morir en una película de trastos voladores…-. Bueno, odiaba más su versión vampiro en los dibujos animados de “Los autos locos”, donde encima era FEO, él y su perro risitas pulgoso, que se reía con el mismo sonido que el resuello del lobo que persigue a Merlín y Arturo en Merlín el Encantador, un sonido que siempre me dip ganas de vomitar –cuando tenía el estómago mal de pequeña tenía que pasarme la parte en la que el lobo resollaba o yo vomitaba-.

Pasaron los años y volví a ver la película secular ésta en plena adolescencia, seguramente un domingo por la tarde extralargo lleno de anuncios en el cual juntas la comida con la cena con sensación de “noquieroirahacerlosdeberesvoyamirarcualquiercosa

Fue como una revelación. Del odio al amor. Ya no era un pesado, el pobre profesor quería reconocimiento, y al final de todas las aventuras reconoce que quiere ganar limpiamente. Ignoro porqué, después de todas sus trampas, reconoce –rojo de ira- que no se merece el premio y reta otra vez a Leslie, pero lo llamaremos “licencia” para darle un final determinado a la comedia y ya está. Qué quede claro que el profesor Fate NO se vuelve bueno, sigue igual de cabrón. ¿Vale? Solo faltaría que me lo reformaran. El Profesor Fate NO es reformable. Es lo bueno del personaje, todos sus poros desprenden venganza.

Mi inmersión Mary-Sue: Como en esta película yo seria tan inmortal como el resto de los personajes, me casaría con él, viviría en su castillo –muy al estilo del Baile de los Vampiros, o más- y nos odiaríamos mucho, e ingeniaríamos maneras de putearnos, sea soltando insultos injuriosos mientras cenamos, preparando trampas molestas, mezclando la ropa interior blanca del otro con la de color –es una película para todos los públicos al fin y al cabo-, serrando el dosel de la cama mientras el otro duerme, siendo descaradamente infieles. Solamente uniríamos nuestras perversas cabezas para putear a Leslie. Ah, el amor.

http://mx.youtube.com/watch?v=JDahrKdv9Co

http://mx.youtube.com/watch?v=ti25Fb9AvQA

Con su tema procesional incluido (si es que como os cuido)

posted by Laia | | 7:39 p. m.
Buster Keaton ^^
archivos
sobre mi
blogs que leo
webs
escribeme
Weblog Commenting by HaloScan.com
Ronan Vibert, jarl