Blog de notas "La escribidora"
Un brainstorming pero a lo apatico.


lunes, mayo 29, 2006  

Tenía que escribir una cosa reflexiva. Pero no tengo ganas. No apetece. No me gusta pensar últimamente. Estoy harta de pensar. Sinceramente, ¿sirve para algo? Tengo esa apatía que ya tuve el último año en el instituto.

Y eso es grave porque yo en el instituto era VAGA, con mayúsculas. Yo era de las que en vez de soñar que habían llegado a clase y había un examen del cual se habían olvidado le pasaba eso pero de verdad.

Olvidarse del examen final de Historia de la Filosofía no es algo fácil.

Aún recuerdo el día que, sin tener ganas de inventarme un relato sobre un estúpido reloj de cuco transcribí entera la canción de “Mi abuelito tenía un reloj” –se supone que tenía que ser un relato inteligente sobre el paso del tiempo-. Cada semana debíamos escribir de dos a cuatro relatos de dos páginas para Lengua Española. Llegué a traumatizarme con esos malditos relatos. No solo yo, todos. Tanto nos traumatizaron que mi amiga Juana y yo los incluimos en nuestro cómic, uno que debía tratar sobre personajes de videojuegos y cuyo premio era un viaje al Japón. En él, una Chun-Li con gafas aliada con los personajes de Castlevania pretendía secuestrar a los personajes de un Final Fantasy [ya no recuerdo] y encerrarles en una biblioteca de la que no saldrían hasta haber escrito 1001 relatos. Allí dentro dibujamos también a Lope de Vega ligando –cómo no- con Cammy de Street Fighter y a Bécquer escupiendo sangre encima de una tal Mai cuyo videojuego ya he olvidado, porque la asignatura de Literatura española también nos marcó bastante. Esa biblioteca era, en definitiva, una especie de lugar imaginario donde metimos todo lo que en ese momento nos horrorizaba.

La profesora de Lengua y Literatura españolas.

En mi segundo de BUP ya empecé mi carrera vaga, me saltaba las clases de Latín porque le tenía miedo a la profesora. Eso me supuso vivir algo doloroso, que consiguió hacer desaparecer mi ya maltrecha inocencia a los tiernos quince años. Bueno, en realidad me largué corriendo para contárselo a la amiga con la que me pilaba siempre. Fue

El hecho de entrar en los lavabos en hora de clases y encontrarme al chico que me gustaba tirándose a otro chaval.

A eso se le llama huir de la clase de Latín y caer en la de Griego.

Bueno, en realidad no les vi, solo les oí pasándoselo bien encerrados en uno de los lavabos, pero el chico que recibía susurraba el nombre de mi amor platónico con mucha claridad, y era inevitable pensar en él, teniendo en cuenta que era el único que tenía ese nombre y que al día siguiente, junto a mi justificación por abstención falsificada, había también las dos justificaciones por abstención falsificadas de la parejita encima de la mesa.
Pero en fin, en realidad es una anécdota divertida ¿verdad? Lo malo era que no podía contárselo a nadie, por aquello de “no meterme en líos”. No fueron los únicos chicos que encontré en situación comprometida.

Yo era un auténtico detector de relaciones homosexuales. Tengo un buen archivo en mi cabeza en cuanto a roces, manitas, movimientos sugerentes y miradas nada inocentes. Aburrimiento, evidentemente.

Volviendo a mi pereza genética. Mi tutora el último año de curso dijo que ya podía encender un par de velitas a la Virgen de Lourdes por no haber repetido curso. Porque si, estuve a punto de repetir por pura vagancia. Y lo más triste es que me decepcionó superar el curso. Yo ya me veía librándome de la selectividad, y de repente apareció ante mí como un muro de hormigón armado. También he de reconocer que repetir curso habría tenido el aliciente de estar en la misma clase que el chico –otro- que me gustaba, que desde que vino nuevo al instituto me había ido evitando de todas las formas posibles. No, ya no podía escaparse, iba a ser mío si repetía curso.

Y voy y resulta que apruebo todas las asignaturas en un instituto reconocido como muy difícil y exigente. Y casi sin dar palo. Los milagros ocurren si así puede evitarse que Laia pueda ligarse a alguien. Dejadme en el ártico junto a un chico que me atraiga y, en vez de conseguir al chaval, conseguiré hacer arder el hielo.

Bueno pues ahora estoy igual que cuando en el instituto. Aburrida, aburrida, ABURRIDA. Cómo cuando en la hora del recreo los temas de conversación estaban ya tan manidos que recurrimos a inventarnos torturas estúpidas y dolorosas. Así.

Escribo en los foros de la IMDB por hacer algo. Cosas que considero bastante interesantes, y encima en inglés. Eso hace que se me pasen las ganas de elucubrar en mi propio idioma. El inglés limita bastante todo lo que tengo que decir, pero eso también hace que mis explicaciones sean sencillas y no sé me vaya tanto la olla como ocurre cuando las cuento en mi idioma.
Pero nada, que la gente no se molesta en contestar. Creo que mis posts son tan eficaces como la sal sembrada en los campos. Da igual el thread que escoja para comentar, comento y ese thread muere. Intentaré convencerme que es porque digo una verdad tan rotunda e incuestionable que ya no merece la pena seguir discutiendo el tema.

Cómo pasan de mi, ahora me dedico a leer y reírme de un sesentón salido que persigue a las foreras adolescentes escribiéndoles poesías. Cualquier día me lo banean y se acabó la diversión.

En mi aburrimiento también quedé con Juana. Si ya soy vaga por mi misma, juntarse con la apatía personificada es lo peor.

Y lo que hace la desesperación, comencé a hablar de mi vida con esa cosa letal llamada Juana.
Yo contando mi vida y la tía mirando Eurovisión en la televisión de la cafetería. Bueno, no se lo hecho en cara, ya que cuando ella me hablaba a mi yo me partía el culo mirando la cara de embeleso que tenía una chica mirando a un chico que le daba el palique en la terraza del bar. Esa chica ponía una cara tan cursi que lamentaba ese cristal que nos separaba. Estaba por gritarle.

“Disimula un poco lo enamorada que estás ¿No te da vergüenza?”

Qué si no él se crece mujer… Pareces una esclava de sus palabras.

Sus ojos estaban muy, muy abiertos. Anormalmente abiertos, así como los de Audrey Hepburn, como pidiendo a gritos parecer más mona. Sus cejas también estaban excesivamente arqueadas y sus labios entreabiertos, sufriendo el síndrome del puchero permanente [permanent pouting sindrom] de algunas actrices. Tenía unas ganas tremendas de atizarle esa cara angelical con la cabeza de Juana y así matar dos pájaros de un tiro. Y quedarme con el chico, fin de la peli con música de los Lordi esos en los créditos.

posted by Laia | | 11:24 p. m.


miércoles, mayo 24, 2006  

La vida e asín

Ando yo últimamente muy estresada porque intento matricularme a una carrera de segundo ciclo y se me está complicando todo bastante. A todo eso hay que sumarle que tengo que examinarme de la teoría de la autoescuela YA. Me apunté a finales de Febrero y aún ando pez. No tengo vergüenza. Pero es que odio conducir. No me gustan los coches. Además, me da miedo conducir. No tengo muchas ganas de aprobar la teórica porque OBVIAMENTE luego viene la práctica, ergo terror total.

Pero aquí estoy, haciendo tests y retorciéndome de tanto aburrimiento como cuando en el instituto me obligaban a leer las rimas de Bécquer –reto a cualquier a que intente leérselas todas de una vez-.

También me olvidé de felicitar a mi padrino en Semana Santa. Soy un desastre. No retengo fechas, no retengo datos, no retengo nada. Ni siquiera retengo un mínimo de criterio –como demostraré ahora mismo si seguís leyendo-.

Bueno, vayamos a otro tema. Creo que por culpa de mi comportamiento he perdido a una persona en mi vida que podía haber sido un buen amigo.

Si, soy desastrosa. Conocí a un chaval en clase de inglés hace un tiempo. Era simpático pero no teníamos demasiado en común. Al principio creía que no me hablaba nunca porque no tenía mucha labia, pero ahora creo que lo que ocurría era que le gustaba escuchar. Sí, habéis oído bien, alguien que prefiere escuchar a hablar. También era optimista, amable y tenía la suficiente inocencia como para pensar que yo, en el fondo, podía ser un ser cándido sin pizca alguna de amargura.

¿Cómo dejé yo escapar algo así?

Me deleitaba ganarle en todo y tener siempre razón –me vengaba así de todos los chicos que se habían cruzado por mi vida - y claro, ahora no me puede ver ni en pintura. Me lo merezco por gilipollas.

Porque en serio, él es buena persona, y yo no.

De acuerdo, me justificaré un poco. Yo estaba pasando una mala época. Agosto, calor, exámenes y NADA de vida social. No sabía que hacer conmigo misma y el mismo profesor de inglés se metía conmigo y luego yo me metía con él. Era todo bastante violento. No tenía ganas de caer bien. Me daba todo bastante igual. Dejé de ir a inglés y me olvidé de todo.

Ahora que lo pienso mejor, yo daba un poco de miedo.

Me lo encontré un día y quedó clarísimo que entre nosotros cualquier puente que pudiera ayudar en nuestra comunicación se había roto hace tiempo. Qué digo roto, ese día entre nosotros había las cataratas de Iguazú enteras. Fue todo frío. Qué pena, seguro que es muy buena persona con sus amigos, pero en mi veía una especie de serpiente. Era tan sincero y honesto que se le veía en la cara. Y si no pensaba eso de mi, queda ahora demostrado que aún soy más bruja de lo que creía. Seguramente la realidad es que le doy exactamente igual y que aquí el problema es que yo me aburro mucho y me da por pensar y darle un poco de emoción a mi vida. Doy exactamente igual a mucha gente. La indiferencia es lo peor. Te acostumbras a que todo el mundo se largue poco a poco de tu lado pero no te acostumbras a conocer personas nuevas y no conseguir hacer mella en ellas.

Aunque tampoco creáis que fui tan fría, le di mucho jabón, porque yo tendré mucha mala leche [con el profesor], pero también soy muy cariñosa y el chico había hecho cosas en su vida bastante admirables.

Total, que sí, que el chaval era majo. Yo necesitaba amigos así, pero es triste que, siendo él tan bueno, nosotros dos no pegáramos ni con cola. Revelador, diría yo, que una persona tan optimista y gentil y yo no pudieramos encontrar ningún tema del que hablar.

posted by Laia | | 7:49 p. m.


jueves, mayo 11, 2006  

Me gusta mucho este ilustrador.

Robert E. McGinnis

Posters

Y ya puestos a poner vínculos. Esto que enlazo ahora es parte de un discurso debía podría haber leído la acusación en el juicio contra Robespierre. No hubo tal juicio y no se leyó nunca, pero aún así me parece un texto muy interesante.

Discurso

posted by Laia | | 12:30 p. m.
Buster Keaton ^^
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