Blog de notas "La escribidora"
Un brainstorming pero a lo apatico.


jueves, julio 26, 2007  

Mega post de críticas

O

Como coger dos posts olvidados y publicarlos

Post recuperado nº1

Hoy, para volver, una crítica que llevaba pospuesta algún tiempo y que no publicaba para no crearme enemigos

Quiero mucho a la humanidad, y de verdad que no es aposta que me guste tan poco esta película. Os sigo queriendo.

Pero mi total ausencia de romanticismo inocente e ingenuo hace que esta película me abra la boca con una palanca y me lance al estómago diez kilos de lacasitos sin haberlo pedido.

Hoy

La chica inconsistente en su mundo preciosista

O “Amelie es imbécil

O “Joder, aún no me creo esa chorrada del nomo

O “Voy a conseguir que la odiéis

Ya tardaba un post sobre una de las películas francesas más taquilleras de la historia, y también una de las más empachosas –tanto azúcar te puede dejar ciego-.

He visto por segunda vez Amelie, y ésta vez ha sido acompañada. Me alegra saber que mi juicio ha coincidido con el del resto de las personas que estaban conmigo.

Nota final:

2.

Los dos puntos positivos son simbólicos, porque si no se quedaría en 0, como Moulin Rouge, y nada iguala en miseria a Moulin Rouge.

No se si creía que verla por segunda vez conseguiría hacer que me gustara, pero la verdad es que he llegado a la conclusión que no quiero ver cine francés nunca más.

Yo quería que me gustara, quería Ameliarme, como todos. Pero a mi no me engaña la Amelie ésta, yo se quien es y qué pretende.

Amelie es una película trampa y manipuladora, como muchas de las películas francesas. Es una película, como dicen los estadounidenses, fluffy.

Película francesa = fluffy.

Incoherente, vacua, pretenciosa y apabullante. Mucho fuego de artificio pero luego no te queda nada. ¿Cuál es el mensaje que nos ha querido dar el director? ¿Quien es realmente Amelie? ¿Es una ingenua romántica o es una loca? Es una tía que encuentra felicidad metiendo su mano en un saco de lentejas. Hasta ahí llega su ambición intelectual, hasta el orgasmo por rozamiento con legumbres. Ah perdón, que también le gusta tirar piedras al agua y romper el caramelo que recubre la crema catalana –¿y a quien no? Menuda novedad-.

Es fácil hacer una película así; actriz cándida, fotografía cándida, argumento cándido. Solo falta un cándido cachorrito y un cándido niño con pantalones cortos y tirantes –uh, un momento, creo que eso sale en un cándido flashback del tío de los pollos-.

Ellos –los franceses, se entiende- saben que la nostalgia vende. Pon viejecitos enfermos, adultos que recuerdan su niñez y jóvenes idealistas; pon también calles de París con filtros amarillos, fotografía cálida y flores en las farolas y tendrás un fluffy. Son películas de separaciones, de guerra, de historia de Francia, de huérfanos, de “cualquier tiempo pasado fue mejor”… en definitiva, de lo que más atrae al romántico medio. Siempre hay factores que hacen que una película francesa tenga una salida brutal al resto del mundo.

Son los mencionados arriba. En la forma.

En el fondo, argumento ñoño. Y a mi no me engañan porque a mi no me gusta nada de eso, y a mi esos trucos no me asombran. Solo hace falta pasearse por “Los chicos del coro”. ¡Cuantos huérfanos con pantalones cortos y tirantes!... ¡Y el niño que espera cada sábado que venga a buscarle su papi! ¡Es un sufrir! ¡Voy a llorar! ¡Qué pena me dan todos!

Si la gente destaca la originalidad de Amelie es porque se han visto cegados por superficialidades llamativas, por trucos de magia que pretenden hacernos creer que estamos ante una obra maestra. Y no. Es solo una película romántica con personajes excéntricos. Y hacer personajes excéntricos es muy fácil.

Vayamos al personaje principal. La pánfila.

Si Amelie tuviera un blog, se haría fotos a si misma, hablaría de flores y canela, hierba recién cortada y vestidos vaporosos de lunares de colores, y recibiría más de cien visitas al día, de hombres enamorados y amigas íntimas incondicionales repitiéndole lo guapa que sale en las fotos comiendo fresas de color rojo photoshop.

Cualquier mujer de verdad, con carácter, sentiría vergüenza por el comportamiento de Amelie. Es propio del de una desequilibrada. Cuándo va a casa del verdulero y comienza a fastidiarle ¿no me digáis que eso no es inquietante? ¿Y las flechas azules? Qué manera de hacer perder el tiempo al pobre chaval, que si realmente tuviera carácter la habría enviado a la mierda. ¿Y esa neura extraña de que el señor del fotomatón es un fantasma? ¿Y que me decís de la estatua viviente? Un momento, ¿esas estatuas no son típicas de Barcelona? A vale, que es para exportar una visión artística de París.

El caso es que cada vez que veo una película francesa, es como si viera un documental sobre el orgullo francés.
He estado en Francia seis veces y si queréis que os diga la verdad, los dos colores de Paris no son el amarillo y el verde precisamente, sino el gris y el negro graffiti. Ah, y el sol en París raramente asoma, y menos en esos colores tan “riiiie y veraaas, como este mundo es un magnifico lugaaaar, piensa que la vida es muy hermoooosaaa…”

Ésta película es como comerse crema de polvorón o algo así. Parece que al director le haya entrado un horror vacui. Salen demasiadas cosas y sobra casi todo. Sobra la absurda aventura del gnomo de jardín, sobran las trastadas de Amelie al verdulero, sobra ese momento “ayudemos al ciego” tan bochornoso por lo cursi, sobra la decoración chillona del apartamento de ella, sobra su boca francesa y su recolección estúpida de piedras planas. En definitiva, sobra Amelie y sus malévolos planes para fastidiar a los demás. Si os dais cuenta, nada de lo que hace funciona. A la estanquera le destroza la vida colgándole un celoso, al verdulero no consigue hacerle ver sus maldades –simplemente está demasiado enloquecido como para poder insultar a nadie-, al padre le insta a largarse de viaje por haber visto viajar a su nomo de jardín –dudo que eso ayude en su ya de por si distante relación, y para mas inri, resulta que eso demuestra que el señor está como una cabra y no es recomendable dejarle ir solo por el mundo- y al pobre chaval co-protagonista le deja tan agotado que finalmente se rinde a ella –si la rechaza la tía ésta es capaz de todo-.

Repito que joder, lo del nomo de jardín es demasiado.

¿A quien se le ocurrió esto?

Bochornoso.

En definitiva, que uno no es feliz si no quiere, y ninguno de los personajes de la película quería que Amelie les ayudara. Cada uno con su vida, no te entrometas, pesada, que no tienen remedio ¿no ves que en tu película todo el mundo está medio loco?

Luego está la situación personal de Amelie. Oh, pobre chica, está sola y necesita amor.

Mal.

Todo el mundo necesita amor, no solo las pánfilas de 22 añitos que han tenido la suerte de poder pagarse un apartamento en lo que parece el centro de París con un miserable sueldo de camarera.

Eso es suerte. Yo quiero trabajar de camarera en Barcelona y poder pagarme un piso en el ensanche PARA MI SOLA, SIN COMPAÑEROS DE PISO PELMAS. Sería feliz si trabajando por un sueldo miserable pudiera pagarme un piso en una de las zonas más caras de una ciudad grande –el centro-. Y nada más que París, una de las ciudades más caras del mundo.

¿Por qué no es feliz Amelie? Un momento. No parece una infeliz. ¿Entonces como es que el viejo chocho de la pintura repetida se compadece de ella diciendo que se le pudrirá el corazón? A una joven idealista como ella no se le pudre el corazón. Se le pudre el corazón a la desgraciada señora Suzanne que está tras la barra, o al fracasado de Hipólito, o… Un momento, Amelia –llamémosle Amelia, porque me rindo ante el Word que castellaniza el nombre constantemente- es la única de todos los personajes que no tiene motivos para sentirse desamparada y sola. Amelia es una afortunada pero la pintan como una desgraciada. No me gustaría estar en la piel de ninguno de los personajes excepto en la de Amelia. Por lo tanto, cuando la chica cena sola en su piso no consigue que la compadezca. Dadme papel y lápiz y os escribiré la vida de una persona realmente solitaria.

Me río cuando Amelia se entristece cuando su padre no le presta la más mínima atención –o mejor dicho, no le presta la atención que ella desearía-. Eso es el pan de cada día en los dramas cinematográficos. “Oh, papá no ha venido a verme al partido de béisbol”.

¿Qué es esto? ¿Porque esa fijación por la figura paterna en las películas?

Luego está el asunto romántico. Nos pintan a una niña de 22 años como si sin novio se le fuera a pasar el arroz. A ver, yo creo que tiene su éxito, y tiene vida sexual. ¿Qué se quiere a los 22 años? ¿El amor de tu vida? ¿Qué es esto, un folletín de 1905?

Es que no encuentro la lógica. ¿Qué le importa al viejo chocho si la tía ha de echarse novio o no? ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Y encima dice que se le está pudriendo el corazón! ¡Pero si se pasa el día riendo! ¡Si hasta se descojona a medio polvo! Si es naïve, la tía. Qué no da para más.

Una persona con corazón podrido no está todo el día pensando en un hombre e ideando estratagemas estúpidas para cazarlo como hace Amelia, se quedaría en la barra bebiendo e intentando ligarse al de la película de Alien Resurrection –o viendo Alien Resurrection-. Amelia es una joven de 22 años que vive sola en su piso –cosa que me parece un sueño para todos los jóvenes de este país- en una ciudad donde podría hacer miles de cosas –aparte de tirar piedras y tocar lentejas-. No tiene pareja, de acuerdo ¿pero es eso tan malo? Es joven, es libre y afortunada con lo que la vida le ha dado. Si encima viviera en Londres la envidiaría –claro que en Londres no harían nunca películas así-.

Y nos quieren hacer creer que es digna de nuestra compasión. Y me tengo que alegrar cuando al final consigue al chico.

Un chico aún más raro que ella. Un vouyeur que colecciona fotografías de desconocidos. Yo no dejo entrar a un tío así en mi casa.

Yo siempre he sido una persona normal pero con familia original, por eso la situación de Amelia con su padre me causa mucha risa, porque es una familia tan anodina, tan corriente y tan vulgar… Sus dos padres son tan aburridos que bostezo ¿Dónde está el problema? Yo no lo veo. Nunca he echado de menos la figura paterna por lo tanto ese “trauma del corazón podrido” de Amelie a mi no me encaja. Yo de pequeña jugaba sola y resulta que eso no me ha convertido en introvertida ni he necesitado imaginarme cocodrilos virtuales con afecciones pulmonares para poder sobrevivir a tal desdicha atroz. En realidad fui feliz, y si hubiera tenido la casa de la infancia de Amelie con su bucólico jardín en vez de mi callejón de edificios cochambrosos, hubiera sido más feliz aún. Pero no, Amelie no es feliz, está sola y necesita más amor que TU que estas leyendo esto. Aunque tus padres te pegaran cada día, Amelie merece TU compasión. A cambio ella electrificará el volante del coche de tu peor enemigo. Pero no por hacerte un favor, sino porque disfruta haciendo estas cosas, porque su infancia fue tan terrible que se le fue la cabeza y ahora está loca.

Post recuperado nº2

La segunda parte de mi post de Resident Evil. Sí, ya estaba escrito y sí, estaba medio olvidado pero no por ello es menos querido.

Resident Evil Código Verónica X – Ps2

En este juego vuelvo a ser Claire Redfield, pero no visto de forma tan hortera como en Resident Evil 2.

Si hay algo destacable en este juego es que la manejabilidad es PESIMA. Me refiero a lo complicado que es hacer que Claire se desplace. Este defecto se ve gravemente acentuado cuando se halla rodeada de zombies –una media de seis- , momento en el que se suman los nervios de una servidora y Claire empieza a bailar como Michael Jackson y se convierte en primer plato, segundo plato y postre mientras yo río desesperada. Eso significa que esquivar zombies en este juego es IMPOSIBLE. Es decir, te quedas sin balas antes de haber completado el 10% del juego. Y también te quedas sin salud. Te quedas sin nada vamos, porque hay MUCHOS ZOMBIES. También destaca la ausencia de luz. Es un juego oscuro y la mitad de las hierbas medicinales se me pasan por alto. Para tener más luz puedes encender un encendedor, pero si enciendes el encendedor no puedes ir con armas, y no es muy útil no llevar armas si estás en una isla atestada de zombies. Ergo el encendedor no sirve para nada –solamente para dárselo a un moribundo, para que no muera a oscuras y todo eso-.

Sigamos con la escasa manejabilidad de la heroína.

La técnica fundamental de huida es dar media vuelta y largarse ¿verdad? Pues para Claire no es así, para Claire es más sencillo caminar lentamente hacia atrás mientras ve como dos perros zombies hambrientos se acercan a mil kilómetros por hora.

Después de esto, manejar a un personaje de Resident Evil Outbreak –ver más abajo- es como patinar sobre hielo –suponiendo que sabes patinar sobre hielo-.

Lo más destacable de este juego –que sigo creyendo es el mejor de la saga, a pesar de Claire y sus lentos y desconcertantes andares ante el peligro- es que uno de los villanos es un inglés excéntrico con voz de pito que SPOILER se viste de mujer FIN DEL SPOILER. Se que debería odiarle porque es un pelma que no para de hacerme la zancadilla durante todo el juego, pero su trágica historia y su locura total me conmueven. Alfred es el vivo ejemplo de lo que le pasa a la gente que no tiene con quien hablar de sus problemas, y además SPOILER su final es bastante doloroso FIN DEL SPOILER.

Ya casi al final del juego aparece Chris Redfield, mi primer amor platónico pixelado, pero en una versión soft “pretty boy” bastante edulcorada que es, con mucha diferencia, mi menos favorita. Estamos hablando de 2001 y en aquellos tiempos no se podía hacer mucho más por los hombres píxel. Tiene una piel fina y delicada y orejas de rata, (http://www.chrisredfield.net/Gallery/CVX/cvx059.jpg) y unas frases que superan en estupidez a muchas –que no todas- de las que se oyen en el primer Resident Evil, como ésta, que no tiene desperdicio.

SPOILER

Malo malísimo: Me importa un pimiento Alexia, tengo otra cobaya con la que hacer experimentos. Alexia a la mierda. Alexia olvidada.

Chris y su inteligencia superior: Lo lamento malo malísimo, pero Alexia está muerta –faltaría añadir “ja ja ja, he acabado con tus planes, ser malvado”-.

FIN DEL SPOILER

¿Lógica y Chris en una misma frase? Si fuera así le querría menos.

Resident Evil Outbreak y Outbreak 2 – ps2

Esta vez son ocho personajes nuevos que tienen que escapar de Raccoon City antes que le tiren el bombazo. Tienes que jugar con otros dos personajes que dirige el ordenador –suponiendo que no estas jugando online-, con los que interactúas. También tiene defectos, si no fuera así la vida sería aburrida –pero podría acabar el juego-.

Uno era la jugabilidad, pero después de jugar con Claire en Código Verónica ese problema ya no existe.

El problema de la jugabilidad ahora solo reside en que cuando los personajes andan van INCREIBLEMENTE LENTOS. Se encorvan y andan con cautela como si esperaran encontrarse un fantasma detrás de cada puerta, y teniendo en cuenta que hay un tiempo bastante limitado para terminar los niveles y tienes que hacer las cosas rápido, me parece increíblemente estúpido que hayan hecho a los personajes tan lentos. Parecen viejos buscando desesperadamente un bastón. Tienes que estar constantemente apretando el botón de “correr” para que se animen. Por cierto que absolutamente todos los personajes hacen mal las respiraciones mientras corren, lo cual te hace reconocer que es toda una hazaña sobrevivir a un apocalipsis zombie con flato permanente.

Otro problema es, justamente, el poco tiempo. En este juego los japoneses se han inventado la barra viral. Los personajes ya están infectados desde un principio, y has de completar el escenario antes que la barra viral llegue al 100%, momento en el que te conviertes en zombie –en la versión online, en la versión offline simplemente te mueres, lo cual no es divertido ya que así no puedes morder a Alyssa o a Jim-. Si te muerde un zombie, aumenta rápidamente la infección, si estas en el suelo también aumenta. Cuando te descuidas, te queda aún el 80% del escenario por completar y estas infectado en un 80%.

Otro problema es la escasa cantidad de objetos que puedes llevar contigo. Solo cuatro objetos. Teniendo en cuenta que el arma ya ocupa una casilla, las balas otra, un antivirus o botiquín otra, y cualquier otra cosa como llaves, piezas de un puzzle o lo que sea, otra, te pasas media partida intercambiando cosas con tus compañeros –esperando que estos no tiren lo que les has dejado, difícil porque son muy tontos- o también puedes ir dejando objetos imprescindibles en lugares recónditos para poder coger esa llave que tenias que haber cogido en la otra punta del escenario pero no pudiste. Y la barra viral se va completando.

Cosas buenas.

¡Por fin hay hombres negros! ¿Qué sería de una saga de zombies sin hombres negros? Al fin y al cabo, en las películas de zombies es siempre obligado que aparezcan hombres negros de los cuales Laia siempre se enamora –exceptuando Amanecer de los Muertos y posterior remake-. Ellos siempre son los héroes, los que saben que hacer en todas las situaciones, los ángeles protectores del grupo.

Pero en Outbreak son feos y además caen mal, y no deberían caer mal, deberían ser mis ángeles protectores que saben que hacer en todas las situaciones. Uno de ellos directamente me ignora, va a su bola y pasa de mi cuando le llamo. Le digo “Mark ven” y me grita “NO”.

En realidad, en Outbreak son todos feos y antipáticos menos George Hamilton. No, no me refiero a un doble del actor, me refiero a mi segundo amor pixelado.

http://www.rehorror.net/thirdeye06/reo_george.jpg

George es un cirujano que viste bien y colecciona relojes. Es bastante pintoresco verle tan bien vestido y disparándole a un zombie con una pistola de clavos. Casi diría que es el colmo del glamour. Digo lo mismo cuando va con la barra de hierro. En realidad, cuando juego con él, es el personaje al que más le cambio el arma. Necesito verle golpeando zombies con todos los objetos contundentes posibles, es mi cobaya del amor.

Por alguna extraña razón, no es un personaje muy popular. Se supone que George no se considera un personaje masculino porque no es nunca un líder y no tiene mucho talento a la hora de disparar. Yo sin duda le escogería como compañero, porque además de ser el único que puede combinar medicinas, tendría a mi persona para protegerle y cuidarle si le amenaza algún zombie, que en vista de cómo son en estos dos juegos, no supone un gran problema.

Porque otro punto bueno es el alto grado de adorabilidad de los zombies ¿cómo? ¿Es eso posible? ¡Si! Aquí se nos presentan más lentos que en otros juegos. En realidad, tan lentos que a veces se paran y no vuelven a arrancar, como los conejitos rosa del anuncio de Duralex. A veces se quedan quietos sin ninguna razón aparente, padecen alguna especie de narcolepsia relámpago, bajan la cabeza, se mueven ligeramente en péndulo y desconectan del mundo exterior. Cuando pasas cerca de ellos despiertan, pero ni siquiera así resultan una amenaza, andan como lo haría un bebé con un pañal de medio kilómetro y cuando llegan a una pared gimen desconcertados y vuelven a sumirse en una apacible siesta. En definitiva, son profundamente estúpidos; aunque por desgracia saben abrir puertas, algo inconcebible en juegos anteriores en los que una habitación sin zombies era permanentemente una habitación sin zombies.

Pero no importa, son increíblemente vulnerables y verlos indefensos y perdidos es quererlos.

El personaje cabrón: Alyssa Ashcroft, una reportera gorrona que me roba todo lo que hay en cada uno de los escenarios. Ir con ella es armarse de paciencia. Llegó a recolectar dos armas para ella sola y yo seguía sin ninguna, completamente indefensa ante los zombies que me acechaban por todas partes.

Pero eso no es todo, en un momento del juego me encuentro a un hombre moribundo. Él me dice que si le daba un spray de primeros auxilios me regalaba algo importante. Es difícil deshacerse de un spray de primeros auxilios si encima no tienes ninguna arma, pero yo soy buena y le doy el spray. Pues bien, cuando está a punto de darme lo que quiere se acerca Alissa y lo coge ella, y resulta que es una escopeta ¡zorra! Tienes dos pistolas y una escopeta y yo que encima no llevo armas para defenderme me he quedado sin spray de primeros auxilios! Zorra zorra zorraaaaaaaaa.

Resident Evil 0 –Gamecube

El juego del que niego su existencia.

Con Resident Evil 0 me pasa como con Matrix 2 y 3. La trama es tan estúpida y tan cogida por los pelos que simplemente hago ver que no existe. Supongo que se fumaron algo u olieron tofu mientras escribían el guión porque sino yo no entiendo como se puede haber inventado algo tan malo.

Pero que digo, si ya quedó bien claro en Resident Evil 4.

¿Qué está pasando?

Se supone que la trama ocurre antes que Resident Evil 1, pero el malo resulta ser un joven con melena lacia, vestido de cantante de j-pop y voz de soprano que adora a unas babosas gigantes. Normalmente los malos son más consistentes y amenazadores –exceptuando a Alfred, pero ya ha quedado claro que Alfred es una adorable excepción y todos hemos de quererle por su desgracia, no como con la diva de las babosas que nos encontramos aquí-.

Los protagonistas buenos son dos personalidades opuestas. Rebecca, una policía menuda e idealista con cara de japonesa y un ex marine forzudo que parece recién sacado de una obra de Tenessee Williams, además de tener permanente expresión de “calm, cool and collected” y boca de pez.

Se supone que el ex marine es malo porque ha sido sentenciado a muerte pero Rebecca y el evadido colaboran entre sí para destruir a la diva de las babosas. No hay grado de adorabilidad en ninguna parte del juego, las babosas cumplen con su asqueroso cometido de soltar babas y los zombies son tan pesados e insistentes como un borracho en una discoteca.

Regalo final

Parodias parodias parodias con Chris pensando sin lógica alguna incluido.

http://www.youtube.com/watch?v=s2Qv2mGCGzQ&mode=related&search=

posted by Laia | | 6:37 p. m.
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